Los llevaremoss a disfrutar de dos planes perfectos para un fin de semana otoñal, que para eso estamos a finales de octubre.
Para empezar nos vamos a una merienda muy tradicional, muy hogareña y, sobretodo, muy dulce, decorada con los colores propios de esta estación. Grandes bolas de papel en tonos ocres, marrones y beige cuelgan sobre un auténtico festín de pasteles y tartas que, con mucho acierto por parte de quien lo haya decorado, se apoyan sobre viejos cajones de madera y maletas antiguas.
El segundo plan seguro que es os resulta muy familiar a más de uno, y es que se trata de ir a pasar el día al monte en busca de uno de los manjares más apreciados en estas fechas: las setas
Una sencilla mesa de madera con dos caballetes, un toldo improvisado, un mantel de lino y unas cestas de diferentes tamaños completan el conjunto y crean el ambiente perfecto para disfrutar esta sabrosa y merecida comida.
Vía – Tres_Studio