No sé si será porque iniciamos un nuevo curso, por todo el trabajo que tenemos en el estudio y que nos inunda de libros y revistas de diseño, o porque, como ya sabéis, vivo con un lector empedernido, pero el caso es que mi vena organizativa a salido a relucir y no dejo de pensar y buscar ideas para tener toooodos los libros en orden.
Y después de mucho mirar he llegado a la conclusión de que, con un poco de imaginación, cualquier sitio es susceptible de convertirse en estantería o, por ser más genéricos, en soporte para la literatura.
¡Es una necesidad!
Ya sea en un antiguo y desvencijado carrito.